Hace poco me encontré reunida con buenas y malas amigas, algunas de ellas se asombraron que andaba aun por Venezuela, mi país. Otras entendieron sin necesidad que yo explicara, que mi permanencia prolongada en Venezuela (mas de tres meses continuos) se debe a la imposibilidad real de salir del país. Estoy atrapada igual que el resto de los venezolanos, es imposible salir de aquí al menos de manera decente, sin tener que ir a valencia, agarrar para curazao, volar a panamá para aterrizar en Puerto Rico y algún día llegar, por ejemplo a mi amigable New York. Eso seria un viaje que no estoy dispuesta hacer, y es que mis viajes son de placer, afortunadamente, no de necesidad. Dicho esto, una de ellas me solicito la acompañara, (cuando las condiciones aéreas de Venezuela lo permitan), a realizar un recorrido por Europa. Ella no la conoce. Pero lo curioso de su invitación, según ella, es que yo no hago turismo, no soy turista. Su definición es que Soy viajera. Se viajar. Mi amiga, con la cual no poseo ningún tipo de intimidad, explico al grupo que ella no quería conocer lugares, ella quería vivir lugares, personas, ciudades, momentos, incomodidades, sorpresas, atreverse a ser vista de otra manera y ver de otra manera.
De su exposición, comprendí que esa mujer, desea ser Diva, desea ser y conocer de si misma, y sorprenderse de si misma, creo entendió que hacer lo mismo de la misma manera, la seguirá llevando al mismo sitio con las mismas consecuencias.
A través de su amable y atractiva invitación, creo que voy a continuar viajando, sin hacer turismo. Y Ustedes me aceptarían cenar aquí? en México por ejemplo...
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